¿Cómo es una casa térmica?

Son lugares que alcanzan altitudes superiores a los 3, 000 y 4, 000 m, s, n, m. Por lo tanto, allí el sol brilla de forma vertical o con muy poca inclinación. A menudo entendemos el aislamiento de una casa como una estrategia para protegernos del frío en invierno, pero lo cierto es que construir una casa bien aislada nos proporcionará un clima interior adecuado durante todo el año, protegiéndonos de las pérdidas de calor en invierno y de las ganancias de calor en verano. En España, tendemos a infravalorar el efecto del aislamiento, ya que las temperaturas en nuestro país no son extremas, pero si miramos los resúmenes climáticos anuales, la mayoría de las poblaciones españolas pasan varios meses al año en los que la temperatura media no supera los 10 grados.

Por este motivo, construir una casa bien aislada debe ser la primera estrategia para el confort y, de hecho, en términos de eficiencia energética, una casa bien aislada y sellada puede conseguir un ahorro energético de alrededor del 90%. Aunque las condiciones climáticas de la localidad en la que se ubique una casa definirán el tipo y el grosor del aislamiento adecuado para nuestra vivienda, conocer el microclima de nuestro terreno y saber aprovechar las ganancias de sol a lo largo del año será un factor relevante para adaptarse a las variaciones estacionales y mantener una temperatura de confort interior constante. Lo primero a tener en cuenta a la hora de seleccionar el tipo y grosor de aislamiento de nuestra vivienda será, como hemos visto, el diseño bioclimático en relación a la incidencia de la luz solar. Si tenemos una casa muy expuesta al sol con grandes ventanales, la ganancia de calor será muy alta, por lo tanto, si aplicamos una gran cantidad de aislamiento a esta casa y estamos en un clima templado con inviernos suaves y veranos calurosos, estaremos consiguiendo un efecto horno en el interior.

Un puente térmico es una zona de la casa en contacto con el exterior en la que se transmite el calor porque se ha interrumpido la continuidad del aislamiento, ya sea por motivos geométricos o por un encuentro entre materiales diferentes. En los últimos años con el desarrollo de la tecnología de los materiales aislantes derivados del petróleo ha sido común la instalación de aislantes plásticos como el poliestireno o el poliuretano proyectados que aunque confieren buenas cualidades aislantes a un precio muy económico, son materiales plásticos que no transpiran y por tanto no permiten el paso de la humedad. Si un material impide el paso de la humedad, ésta se condensa y la condensación en el interior de una casa es un caldo de cultivo para el moho, las bacterias y los virus. Si esto ocurre en el interior de la pared, donde no es visible, como consecuencia de un aislamiento no transpirable, estaremos viviendo en un ambiente insalubre.

En Slow Home nos oponemos totalmente al uso de aislantes derivados del petróleo porque son materiales sintéticos que no sólo no dejan respirar la humedad, sino que además son insostenibles porque proceden de fuentes no renovables como el petróleo y requieren una gran cantidad de energía para su fabricación, por no hablar de que muchos de ellos incorporan ingredientes tóxicos durante su fabricación, instalación o uso. Aunque la mayoría de los materiales de construcción no son en sí mismos suficientemente aislantes, hay que tener en cuenta que hay materiales que incorporan el aislamiento debido a su condición de materiales porosos que les dan la capacidad de almacenar aire en su interior sin reducir su resistencia. Este sería el caso de las casas de paja, cuyas paredes están formadas por un entramado de madera que sostiene grandes balas de paja. La paja se considera un material para la construcción de muros, pero también un material con una excelente calidad de aislamiento.

En ambos casos, sin embargo, será necesario evaluar las condiciones del terreno donde se va a construir la casa para determinar el aislamiento necesario. Una vez que conozcamos la conductividad térmica de nuestro aislamiento, para construir una casa bien aislada, será necesario calcular el espesor necesario. Para ello, tendremos en cuenta la climatología del lugar y la incidencia del sol, ya que puede ser necesario variar el grosor del aislamiento en función de la orientación de la fachada. Generalmente cuando hablamos de aislamiento pensamos en el material de las paredes, sin embargo, también será importante para protegernos del calor radiante del sol a través del techo, así como del frío o de la posible humedad procedente del suelo.

En zonas soleadas, será necesario proteger la cubierta de las ganancias de calor del sol, aumentando el grosor del aislamiento o mediante estrategias de diseño bioclimático como la instalación de una cubierta ajardinada que no sólo aumentará el poder aislante a través de las cámaras de aire que contiene la tierra vegetal, sino que ayudará a regular la humedad y a refrescar el ambiente. En climas fríos, para construir una casa bien aislada, será necesario dejar una cámara de aire que separe nuestra casa del contacto con el suelo y aislar la parte inferior del pavimento para evitar la pérdida de calor. Esta estrategia también será importante en el caso de las casas con sótano, donde la planta superior debe tener un suelo bien aislado para evitar la pérdida de calor a través de los pisos inferiores que no tienen suficiente aislamiento. En países con climas extremos, el aislamiento térmico es una necesidad y suele tenerse en cuenta en el diseño y construcción de las viviendas.

En México este detalle no es tan frecuente, como norma constructiva, porque estamos acostumbrados a climas más benignos, ya sea con calor en los veranos o frío en los inviernos. La elección de las tejas adecuadas, como aislamiento térmico de las casas, es muy importante. Para los climas cálidos es mejor utilizar tejas de colores claros, o también puede ser una opción un material de cubierta reflectante, como las tejas metálicas ligeras. Otro concepto a tener en cuenta en relación con la construcción de una casa bien aislada serán los puentes térmicos.

Pero las constantes variaciones climáticas y los extremos que nos han sorprendido últimamente, nos hacen pensar si no sería mejor preparar las casas para estas contingencias y hacer del aislamiento térmico una constante en los diseños de las viviendas. Como se puede ver en el gráfico, la temperatura interior de la vivienda ha sido mucho más constante que la exterior. La temperatura media interior de la casa en este frío mes de otoño ha sido de 18°C (máxima de 20,6°C y mínima de 15,4°C), cuando se recomienda poner la calefacción a 19°C en la vivienda en invierno. Las corrientes de aire o las pérdidas de calor que se producen en las zonas con puentes térmicos pueden suponer hasta el 25 % de las pérdidas totales de energía en una vivienda durante los meses de invierno.

En el interior de las viviendas se genera mucha humedad por el uso de estancias como baños, duchas o cocinas, que debe ser eliminada. En México contamos con diferentes materiales que se adaptan a distintos tipos de construcción, como la fibra de vidrio, la lana mineral, el poliestireno expandido y el poliestireno extruido.

Referencias:

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